jueves, 14 de junio de 2007

Una reflexión sobre el origen de proyecto MICROSEP.

Para entender mejor este proyecto, leí la información que pude obtener del mismo y me pareció muy interesante lo que podemos aprender.

Que fue Microsep. (Conceptualización e inicio)
En la década de los setentas el gobierno mexicano era ya un gran comprador de computadoras y las empresas de cómputo operaban con grandes márgenes de utilidad. Algunos países, principalmente europeos, negociaron exitosamente condiciones para la creación de importantes centros de desarrollo de software, como requisito para que las computadoras de una empresa pudiesen ser introducidas a sus mercados locales.

Con medidas de este tipo, pudieron desarrollar sus industrias de software, las cuales les reportaron enormes beneficios en las décadas siguientes. En México, no obstante que nuestra capacidad de compra era similar o mayor a la de algunos de esos países, que conocíamos de esos proyectos y que contábamos con una capacidad incipiente similar al de esas naciones, nunca existieron los mecanismos ni la voluntad política para integrar un proyecto de esa naturaleza.

A partir de 1980, y como respuesta al auge previsible de las llamadas “microcomputadoras” que luego se convertirían en “computadoras personales”, la Secretaría de Industria y Comercio estableció un programa de apoyo a la industria de cómputo nacional cerrando la frontera a las computadoras extranjeras.

Las fallas del proyecto resultaron enormes y dieron lugar a prácticas de simulación que hoy se antojan cómicas. Las “Industrias Mexicanas” compraban las computadoras en USA, las desarmaban, las metían a México desarmadas y ya en territorio nacional las armaban de nuevo, hecho que les permitía venderlas sin problema. Con una falta total de visión, jamás se les ocurrió a los responsables de este proyecto incluir el desarrollo del software nacional como uno de los posibles requerimientos de integración de las industrias, para vender los equipos de cómputo en México, argumentando el “escaso valor del software en las cadenas de valor de los productos informáticos”.

Dentro de este panorama tan miope, nace la idea de instalar 100 000 computadoras en las escuelas lo cual era un proyecto socialmente positivo, que habría permitido crear una gran industria, como sucedió en Inglaterra con un proyecto similar auspiciado por la BBC de Londres.

El sueño que se convirtió en pesadilla.
El sueño: En 1984 el subsecretario de Educación e Investigación Tecnológica anunció un ambicioso proyecto para introducir 100 000 computadoras en las escuelas primarias y secundarias de tos el país en los siguientes 4 años. (Proyecto MICROSEP)

Algunos meses después se anunció que las computadoras mexicanas serían diseñadas y fabricadas por la UNAM y el IPN (CINVESTAP) para garantizar el uso de la tecnología más avanzada, diciendo que se disminuirían los costos y además se eliminarían a los fabricantes y distribuidores que las encarecían. Ello llevó a una gran molestia del sector industrial, que en lugar de fortalecerse con este nicho de mercado, era satanizado y sometido a una competencia desleal, cuando menos en el discurso.

Poco tiempo después la UNAM fue eliminada del proyecto mientras que los aspectos de fabricación del software y preparación de profesores fueron encargados a la Subsecretaría de Planeación Educativa y al ILCE, (que dependía en alguna forma también de la SEP), respectivamente.

En 1987 el CINVESTAP mostró al Presidente un prototipo de computadora denominada MICROSEP, diseñada y construida por científicos mexicanos informándole que estaban en proceso de fabricación 4000 más.

La pesadilla: Sin conocimientos sobre la importancia del software para el desarrollo nacional y menos aún sobre los requerimientos a los que debería responder una computadora destinada a la educación; el CINVESTAV fracasó en su propósito de diseñar tal máquina.

Pocas semanas después de la muestra al Presidente y el rimbombante anuncio oficial, el proyecto cayó en descrédito al encontrarse que lejos de ser un proyecto propio, u como sólo se podían comprar computadoras mexicanas, se trataba de un lote de microcomputadoras obsoletas armadas a partir de una patente de Radio Shack, de Tandy Computer de Texas, que la misma había sacado del mercado cinco años atrás y que el CINVESTAV presentó como un diseño propio bajo el nombre “MICROSEP”, con claras connotaciones políticas, con un resultado de frustración y desprestigio que canceló por 12 años el proyecto.

Al parecer, la historia de la invención local de la computadora había sido sólo una simulación para que la SEP y los directores del proyecto se saltaran las normas establecidas por la SPP y la SECOFI para la adquisición de equipos de cómputo.

No obstante de que el asunto fue del dominio público, la Secretaría de la Contraloría jamás dio un dictamen sobre lo ocurrido y las cantidades gastadas; el equipo comprado y armado en México se distribuyó en algunas escuelas y posteriormente se concentró en un Instituto Tecnológico Agropecuario como equipo obsoleto.

Al término de esa administración, sólo se había cubierto el 4% de las metas del proyecto, la calidad de los desarrollos era inaceptable, además de que se había perdido la oportunidad de impulsar la naciente industria nacional de cómputo.


Conclusiones.

  1. Necesitamos una política pública que priorice el desarrollo informático.
  2. Los proyectos aumentan de complejidad, según la escala para la que se diseñen.
  3. Para el éxito de un proyecto nacional, deben participar en su diseño, todos los legítimamente interesados.
  4. Los proyectos deben ser integrales, y dentro de esa misma integralidad deben aceptar una modularidad sistémica con responsables concretos de cada componente.
  5. Todo proyecto debería principiarse con un prototipo exitoso antes de escalarse.
  6. Se debe establecer una sana distancia del componente político de los mismos, porque puede viciar todo el proyecto.
  7. En todo proyecto se debería evita la corrupción que el mismo puede cobijar. (no sé concretamente como)
  8. Los proyectos de éxito, normalmente son multianuales y aún trascienden períodos de las administraciones públicas.
  9. Se puede aprovechar la inercia y masa crítica de la generación .net; la cual por su propio camino está desarrollando un proyecto informal de cómputo, en muchos casos educativo.
  10. Podemos disminuir el costo, si aprendemos de los errores que ya hemos cometido en el pasado como gobierno y sociedad.